La previa del salto

Y finalmente, después de un mes de muchos compromisos (casarnos, etc.) tomamos un avión a Salta.
Antes de contarles nustro viaje por los EEUU, les vamos a poner al tanto de las semanas que estuvimos entre el norte argentino y Bolivia.
Pasamos primero por la provincia de Salta, donde con una sola mochila (AA perdió el equipaje de Pau -se agradecen las gestiones desde Buenos Aires) fuimos a Cafayate. Y en nuestro primer día de viaje hicimos 50km de quebrada en bici sin protector solar.
Tras dibujarnos la raya del culo, tomamos algunos vinos por las bodegas de la zona. De ahí, fuimos a la linda capital provincial, donde empezamos a pensar en un posible cambio de planes.
Cambiamos de provincia y ya en Jujuy la relajamos unos días en Purmamarca. Con el cerro de los 7 colores de fondo, pasamos 3 noches en una linda hostería y los jujeños lograron que el catalán bailara una chacarera (con otra).
En nuestro breve paso por la región tuvimos la suerte de conocer dos de las ciudades más lindas del continente (?) y pernoctar en una de ellas: La Quiaca y Villazón. Sin estar muy seguros de lo que hacíamos, optamos por tomarnos el peor bus de nuestras vidas con destino a Uyuni, que después de 11 horas de viaje ("6 horas de viaje nomás, amigo") y un ave maría purísima en cada curva nos llevó al salar más grande del mundo. Debido a las malas condiciones meteorológicas la visita al salar fue solamente de un día, pero se convirtió en nuestro highlight de Bolivia. Ya con pasajes al imperio, tuvimos que ir directamente a La Paz, donde entre carnavales empezamos a preparar lo que se nos venía.