El descubrimiento de oro en el norte de California y la consecuente oleada migratoria transformó la bahía de San Francisco en el Golden Gate, la "puerta dorada" de entrada a California; la ciudad de San Francisco creció de la noche al día y se convirtió en la capital del nuevo oeste.
Los buscadores de oro, aventureros y colonos atrajeron a comerciantes, pescadores y emprendedores, y las fortunas florecieron, crecieron y desaparecieron, y la fiebre del oro fue trasladándose hacia el norte, hacia Canadá y la recién adquirida Alaska, dejando tras de sí una ciudad única.
Con base en la peninsular Burlingame, en la acojedora casa de Ruthy y Ale, recorrimos San Francisco por una semana, caminando incansables sus distintos barrios: el pintoresco barrio chino (uno de los más grandes de los EEUU) con sus supermercados y restaurantes y su fábrica de galletas de la fortuna, y el italiano Nob Hill, cuyos bares sirvieron de inspiración para El Padrino y en cuya iglesia no pudieron casarse Joe DiMaggio y Merilyn Monroe. Separados por City Lights, la librería "beat" por excelencia, y flanqueados por Telegraph hill, cuya torre domina la bahía y ofrece vistas desde Sausalito a Oakland, y Russian Hill, con Lampard street y su arcén descendiendo en eses (con escena propia en Vértigo) y los Cable Cars remontando sus calles desde el Pier 39.
No dejamos de perdernos por The Mission, el barrio latino de la ciudad, en cuyas paredes se pueden ver reivindicativos murales (una expresión muy presente en San Francisco) y por Castro, el barrio gay, donde pasamos por el negocio de fotos que sirvió a Harvey Milk (primer concejal abiertamente gay de los EEUU) de base electoral, y nos tomamos una cerveza en un bar repleto en el que Martu era la única mujer.
Cruzamos contra el viento el Golden Gate Bridge, yendo y viniendo de Tiburón (lo cruzaríamos otra vez volviendo de Yosemite más tarde) descubrimos un mural de Diego Rivera en una escuela de arte, la colgamos en The Heights, el barrio hippie donde Janis Joplin y Grateful Dead hicieran de las suyas, bordeamos la bahía pasando por el estadio de los Giants para llegar al Ferry Building, almorzamos un par de veces en su mercado, escapamos de un tour guiado por el famoso Fisherman's Warf, dormimos una siesta al sol en el Golden Gate Park, visitamos el museo de arte asiático y sus guerreros de Xiang, hicimos de fotógrafos en una boda en el City Hall, escribimos postales desde lo alto de Buenavista Park, caminamos deprisa desprisa por downtown cuando oscurece y hasta cenamos comida etíope.
(Respire ahora)
Nadie podrá decir que no aprovechamos el tiempo en San Francisco!
De verdad no estuvieron en China???
ResponderEliminarmeravellosa ciutat feta expressament pels meus genolls!
ResponderEliminarNunca me imaginé semejante tamaño del Golden Gate, de no creer!!!!! Además, hermosa la foto del puente iluminado.
ResponderEliminarMe río con la foto de los 4 pepes colgando, jaja!!!!
Después de esto al Trivial no te gana nadie!!!
ResponderEliminarExcelente toma la de los edificios de Piza!